El pasado día 8 de marzo el grupo de Teatro y Participación Infantil del Ayuntamiento de Navia (TYPI), representó una de sus obras originales, con motivo de la celebración del Día Internacional de la Mujer, en El Liceo.
Esta obra se desarrolló a través de tres sketches o pequeñas obras creadas por ellos y ellas mismas en relación a las desigualdades de género.
El primer sketch representa la cultura y la ética
del cuidado, más propia de las mujeres que de los hombres, frente a la cultura
de la competición y la agresividad (muchas veces violencia) más propia de los
hombres que de las mujeres. En la historia, un niño tira a un viejo al suelo en
el parque. Una mamá y su hija lo ven y van a ayudar al viejecito. Lo llevan a
una doctora y cuando están en la consulta aparece el hijo de la médico, que
resultó ser quien tiró al suelo al viejecito. En ese tenso e inesperado
encuentro la doctora encuentra una solución: su hijo, que de mayor quiere ser
médico, debe ayudarla a curar al señor. Éste, agradecido, invita al niño a ir a
tomar un helado.
El mensaje es claro: es mucho más saludable para
todas y todos una cultura del cuidado y las atenciones entre las personas
(hombres, mujeres) que la cultura de la violencia, la agresividad, la
competición sin cuidado...
El segundo sketch es una parodia de programas
televisivos típicos del corazón. Una glamurosa presentadora tiene en el
plató a una anciana y su nieto. Entrevista a la mujer para ver cómo de dura
durísima era la vida de una chica casada en el campo, cómo de mal la trataba su
marido... En esa línea incisiva y morbosa de ese tipo de programas. La
presentadora, dentro de esa línea, quiere dar a entender a la audiencia que ese
machismo de antes ya no existe, que las cosas han cambiado para mejor, que la
sociedad actual no es machista. Pero el nieto allí presente le desmonta su
perspectiva y casi le desmonta el programa. Poco a poco el nieto va pidiendo
cosas a la abuela, que esta hace por él (darle la merienda, limpiarlo, etc.). A
la vez cuando la presentadora le pregunta si su nieto le ayuda en la casa, la
abuela da a entender que no, aunque el espectador ya lo tiene claro por lo que
ve que el chaval está haciendo...
El mensaje de esta historia: aunque las cosas han
cambiado, las desigualdades entre hombres y mujeres a favor de los primeros y
en contra de las segundas sigue existiendo, lo que pasa es que en gran medida
no se ve, se asumen como normales esas desigualdades. Los llamados
micromachismos o desigualdades cotidianas, están tan normalizados que parecen
algo natural. Y no lo son. Los micromachismos constituyen un caldo de cultivo
para los macromachismos y la violencia de género explícita que luego nos
horroriza cuando sale en los medios de comunicación.
En esta historia se pretende mostrar que las
desigualdades de género se dan de manera cotidiana y con mucha facilidad en el
seno del hogar y la familia. Y que todo el mundo, en cualquier espacio y
momento, debe de enfrentar y hacer lo posible por corregir dichas
desigualdades, como hizo la niña de esta familia con la ayuda de la
"psicóloga a domicilio".
Unos textos del escritor uruguayo Eduardo
Galeano, de su libro "Mujeres", se fueron leyendo al público entre
sketch y sketch para completar esta propuesta teatral de sensibilización sobre
la desigualdad entre hombres y mujeres, sus consecuencias, y lo valioso de la
solución de este viejísimo problema social.